Aunque muchos docentes hoy en día abogamos por una educación constructivista, donde es el alumno el que construye el conocimiento y el docente una guía para que lo logre; se sigue manteniendo el modelo de aula como espacio cerrado, que se contradice completamente con la cultura de redes sociales, y una enseñanza basada en la linealidad, en la escritura, que también es una antípoda de la cultura de la imagen, de lo icónico, en la que se encuentran inmersos los jóvenes hoy en día.
Es imprescindible entender este gran cambio cultural, porque
mientras la lectura con su secuencia continua y lineal, desarrolla el
pensamiento reflexivo, la imagen, en cambio, con su impronta global y
sintética, desarrolla un pensamiento más intuitivo. La realidad nos muestra que
los profesores estamos muy lejos de hacer un uso productivo de las Tecnologías
de la Información y la Comunicación (TIC) y lejos de comprender la forma en que
aprenden los nativos digitales. Es fundamental hoy en día que el alumno no
solamente sepa usar técnicamente las nuevas tecnologías, sino,
fundamentalmente, que adquiera habilidades de autoaprendizaje para sacar provecho
de la enorme cantidad de información a la que accede.
El docente y la tecnología: temores, realidades y necesidades de
capacitación

Las TIC actualmente
son una herramienta muy importante para la educación, ya que éstas ayudan y
facilitan las tareas de alumnos y docentes. Facilitan la comunicación, la
investigación y la obtención de información.
La aparición de
estas nuevas tecnologías produjo un gran desafío e impacto para la educación,
sobre todo para el docente.
El uso de las
tecnologías de la información y la comunicación en los diferentes niveles y
sistemas educativos tiene un impacto significativo en el desarrollo del
aprendizaje de los estudiantes y en el fortalecimiento de sus competencias para
la vida y el trabajo que favorecerán su inserción en la sociedad del
conocimiento.
Ampliar las
propuestas de educación más allá del aula es una de las posibilidades que
brinda el uso de las TIC como recurso.
La realización de
este tipo de actividades se fundamenta en la posibilidad de conocer realidades
distintas a las locales y cooperar en el desarrollo de experiencias
interculturales.
Al docente se le
dificulta la integración de estas nuevas tecnologías a la educación porque como
dice Hargreaves (2003):
Los docentes se
encuentran presionados por tres fuerzas contrapuestas. Por un lado, se les
demanda que sean innovadores, autónomos y que desarrollen propuestas educativas
flexibles que permitan articular distintos campos de conocimientos. Desde este
enfoque el docente es un aprendiz en proceso permanente de actualización que se
asume como un promotor de los cambios sociales más generales. Por otro lado, se
les exige la transmisión de valores que promuevan una mayor cohesión social
para contrarrestar problemas sociales como la violencia, la inseguridad y el
consumo. Por último, los docentes aparecen como víctimas de la Sociedad de la
Información, en la medida en que son afectados negativamente por políticas que
tienden a erosionar las condiciones de trabajo, tanto en términos de recursos
materiales como de su autonomía profesional.
Involucrar a estas
nuevas tecnologías en el aula requiere por parte del docente una actualización
o modernización de la forma de aprendizaje, implica una suma de nuevas tareas
no previstas en las actividades habituales de los docentes. A veces esto supone
la adquisición de nuevos saberes. Por lo tanto los docentes deben contar con
tiempo para el diseño y la reflexión para incorporar las actividades e
ingresarlas en el currículo escolar. Kirkpatrick y Cuban (1998) señalan que la
eficacia en la utilización de herramientas digitales depende de los objetivos
educativos propuestos. Pero, además, observan que las decisiones referidas a la
inclusión de tecnologías en las aulas no sólo parten del conocimiento
científico acumulado.
Una de las
cuestiones que debe tener en cuenta el docente a la hora de incorporar las TIC
al ámbito escolar son las condiciones de trabajo en donde se encuentra. Si la
situación del ámbito escolar es precaria se vuelve crucial en las propuestas de
integración de las TIC, dado que se trata de tecnologías con un alto costo de
inversión inicial y de mantenimiento y una fuerte exigencia de desarrollo
permanente.
El fortalecimiento
o debilitamiento de la profesionalización docente no está relacionado
únicamente con la inclusión de nuevos saberes en las escuelas, sino,
particularmente, con las condiciones de trabajo en las que se lleva a cabo la
tarea.
Revisar estas
condiciones permite reflexionar sobre qué se espera de los docentes y en qué
escenario se desea que se lleven a cabo estos cambios.
El profesor debe
ajustar la ayuda pedagógica a las diferentes necesidades del alumnado y
facilitar métodos y recursos variados que permitan dar respuesta a sus diversas
motivaciones, intereses y capacidades. Para atender las diversas capacidades no
se abandonarán enseñanzas, debiendo adaptar todo lo necesario para lograr los
conocimientos, las destrezas y los valores que se consideran mínimos. Por ello
se debe fomentar la diversidad metodológica y buscar el equilibrio entre el
trabajo personal y el cooperativo.
El profesor deja su
apariencia de experto en contenidos, presentador y transmisor de información y
se convierte fundamentalmente en un diseñador de medios, un facilitador del
aprendizaje y un orientador del estudiante, lo que supondrá que realice
diferentes tareas como son: diseñar actividades de aprendizaje y evaluación,
ofrecer una estructura para que los alumnos interaccionen, o animar a los
estudiantes hacia el metaaprendizaje. Por otra parte también jugará un papel
importante en el diseño de materiales y recursos adaptados a las
características de sus estudiantes, materiales que serán elaborados por él.
Desde el punto de
vista del docente, se obtienen ventajas y desventajas de estas nuevas
tecnologías. En la actualidad el docente tiene que saber un poco de cada cosa,
desde el punto de vista instrumental y operacional (conexión de equipos de
audio, video, etc.) manejo y actualización de software, diseño de páginas web,
blog y muchas cosas más. El docente podrá interactuar con otros profesionales
para refinar detalles.
Dado que el docente
viene trascendiendo del ejercicio clásico de la enseñanza al modernismo, ese
esfuerzo demanda mucha iniciativa y creatividad. Hay fenómenos que pueden ser
estudiados sin necesidad de ser reproducidos en el aula.
Muchas veces con la
proyección de un video, el uso de una buena simulación, pueden ser suficientes
para el aprendizaje.
Por otro lado, el
uso del papel se puede reducir a su mínima expresión reemplazándolo por el
formato digital. En estos momentos, una enciclopedia, libros e informes entre
otros, pueden ser almacenados en un CD o pen drive y pueden ser transferidos
vía Web a cualquier lugar donde la tecnología lo permita. El profesor aprende
con sus estudiantes, profesores con profesores, gracias a la cooperación y
trabajo en equipo.
Es necesaria la
capacitación continua de los docentes por lo que tiene que invertir recursos
(tiempo y dinero) en ello.
Frecuentemente el
profesor se siente agobiado por su trabajo por lo que muchas veces prefiere el
método clásico evitando de esta manera compromisos que demanden tiempo,
esfuerzo y riesgo. Hay situaciones muy particulares donde una animación, video
o presentación nunca pueden superar el mundo real por lo que es necesaria la
experimentación que sólo se logra en un laboratorio o aula de clases bien
equipada.
Después de analizar los
pros y los contras de esta herramienta tan importante y que poco a poco va
ganando terreno en el ámbito educativo, se puede observar que no todo son
ventajas y de que hay que actuar con cuidado a la hora de utilizarla con los
alumnos. Una buena educación del siglo XXI se basa en la capacidad de integrar
estas nuevas tecnologías junto con la educación tradicional. Esta nueva y útil
herramienta no debe eliminar por completo la forma en la que se ha estado
educando hasta ahora, tan sólo tiene que complementarla para hacerla todavía
mejor.


El apoyo al
aprendizaje

En la
enseñanza, la tecnología permite orientar los procesos de innovación hacia los
diferentes entornos que tienden a promover la construcción de espacios de
aprendizaje más dinámicos e interactivos. Ejemplo de ello lo constituyen los
cambios que se han generado en torno a la concepción tradicional del
aprendizaje centrada en el docente, hacia una perspectiva centrada en el
estudiante.
Como lo indican Fandos et al. (2002), en todo proceso de
enseñanza-aprendizaje, uno de los elementos fundamentales es la comunicación,
entendida como el mecanismo mediante el cual el profesor y el alumno aportan en
común sus conocimientos. En la actualidad, ésta suele estar mediatizada, es
decir, puede valerse de instrumentos o medios que sirvan de enlace para
intercambiar opiniones, específicamente mediante el uso de la tecnología.
La incorporación de las TIC en el proceso de mediación viene a afectar
elementos como la institución educativa; las características, necesidades e
intereses del estudiante, el tipo de cursos y, a su vez, la metodología y los
medios técnicos que se utilizarán.
Se está accediendo entonces a lo que se denomina la transformación de
los procesos de enseñanza y aprendizaje alrededor de un nuevo modelo didáctico
integrado por trabajo en la red, y que cede la iniciativa del proceso formativo
al estudiante, quien podrá trabajar de manera cooperativa y acceder a
información que se presenta de diferentes maneras, como audio, video, texto,
etc. En esta transformación, el docente adquiere un papel que tiene nuevas
prioridades y responsabilidades, ya que deberá encargarse de potenciar y
proporcionar espacios o comunidades estables para establecer el intercambio y
la comunicación idónea entre los estudiantes.
El apoyo a
la enseñanza

En la actualidad los sistemas educativos de todo el mundo
se enfrentan al desafío de utilizar las tecnologías de la información y la
comunicación para proveer a sus alumnos con las herramientas y conocimientos
necesarios que se requieren en el siglo XXI.
En 1998, el Informe Mundial sobre la Educación de la
UNESCO, Los docentes y la enseñanza en un mundo en mutación, describió el
impacto de las TIC en los métodos convencionales de enseñanza y de aprendizaje,
augurando también la transformación del proceso de enseñanza-aprendizaje y la
forma en que docentes y alumnos acceden al conocimiento y la información.
Al respecto, UNESCO (2004) señala que en el área
educativa, los objetivos estratégicos apuntan a mejorar la calidad de la
educación por medio de la diversificación de contenidos y métodos, promover la
experimentación, la innovación, la difusión y el uso compartido de información
y de buenas prácticas, la formación de comunidades de aprendizaje y estimular
un diálogo fluido sobre las políticas a seguir.
Con la llegada de las tecnologías, el énfasis de la
profesión docente está cambiando desde un enfoque centrado en el profesor
que se basa en prácticas alrededor del
pizarrón y el discurso, basado en clases magistrales, hacia una formación
centrada principalmente en el alumno dentro de un entorno interactivo de
aprendizaje.
De igual manera opinan Palomo, Ruiz y Sánchez (2006)
quienes indican que las TIC ofrecen la
posibilidad de interacción que pasa de una actitud pasiva por parte del
alumnado a una actividad constante, a una búsqueda y replanteamiento continúo
de contenidos y procedimientos. Aumentan la implicación del alumnado en sus
tareas y desarrollan su iniciativa, ya que se ven obligados constantemente a
tomar "pequeñas" decisiones, a filtrar información, a escoger y
seleccionar.
El diseño e implementación de programas de capacitación
docente que utilicen las TIC efectivamente son un elemento clave para lograr
reformas educativas profundas y de amplio alcance. Las instituciones de
formación docente deberán optar entre asumir un papel de liderazgo en la
transformación de la educación, o bien quedar atrás en el continuo cambio
tecnológico.
Para que en la educación se puedan explotar los
beneficios de las TIC en el proceso de aprendizaje, es esencial que tanto los
futuros docentes como los docentes en actividad sepan utilizar estas
herramientas.
Para poder lograr un serio avance es necesario capacitar
y actualizar al personal docente, además de equipar los espacios escolares con
aparatos y auxiliares tecnológicos, como son televisores, videograbadoras,
computadoras y conexión a la red.
La adecuación de profesores, alumnos, padres de familia y
de la sociedad en general a este fenómeno, implica un esfuerzo y un rompimiento
de estructuras para adaptarse a una nueva forma de vida; así, la escuela se
podría dedicar fundamentalmente a formar de manera integral a los individuos,
mediante prácticas escolares acordes al desarrollo humano.
El apoyo a
la socialización del niño

No es un misterio que las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) sean atractivas para niños y adolescentes.
Estos grupos etarios disponen hoy en día de un mayor acceso a dispositivos como
teléfonos celulares, computadoras personales, tabletas e Internet, lo que ha
incrementado el uso de estas herramientas para una diversidad de propósitos.
Sin embargo, no deben satanizarse al suponer que crean
personas antisociales; más bien, la mayoría de esas tecnologías ha cambiado
radicalmente la forma en que niños y adolescentes socializan. Además, aumentan
sus capacidades de alfabetización informacional y digital, planteó Sylvia Rojas
Drummond, académica de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de
Psicología.
La también titular del Laboratorio de Cognición y
Comunicación de esa entidad mencionó que, en lugar de descalificarlas y
tenerles miedo, “deben acogerse de manera positiva y encontrar sus beneficios
sociales y usos funcionales del lenguaje, sobre todo de tipo multimodal. Tienen
grandes potencialidades que deben ser aprovechadas adecuadamente en los
procesos de socialización y educativos”.
Favorecer
la integración de los niños con alguna discapacidad
El enfoque de educación inclusiva señala que: “La
inclusión no tiene que ver sólo con el acceso de los alumnos y alumnas con
discapacidad a las escuelas comunes, sino con eliminar o minimizar las barreras
que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado”.
Por otra parte, considerando que los apoyos tecnológicos
son todo tipo de equipos o servicios que pueden ocuparse para favorecer las
capacidades funcionales de las personas con discapacidad en su vida
independiente. Algunos ejemplos de estos recursos son sillas de ruedas
adecuadas, utensilios de cocina o baño adaptados, estructuras para organizar
objetos o mantenerlos al alcance adecuado, útiles escolares adaptados, rampas,
elevadores, espacios amplios con barras de acero que apoyen la movilidad,
grúas, andaderas, muebles adaptables a estatura y acceso, control remoto para
el apagado de las luces, prótesis, etiquetados en sistema Braille, videos en
Lengua de Señas Mexicana, material didáctico accesible, pictogramas, relieves,
colores o luces, etc. Es decir, todos los recursos relacionados a los
diferentes ámbitos de vida: casa, escuela, trabajo, diversión y vida urbana.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC),
tales como la prensa, el cine, el radio, la televisión, los celulares, tabletas
y por supuesto la computadora; incluyendo el internet, los blog, las redes
sociales, los objetos de aprendizaje, el software educativo, los materiales
digitalizados y enriquecidos con elementos multimedia, la realidad virtual, la
realidad aumentada, los Códigos de Respuesta Rápida (QR), el Servicio de
Mensajes de Texto Cortos (SMS), etc.; por sí mismas no tienen como objetivo
central ofrecer accesibilidad para las personas con discapacidad, pero poco a
poco incorporan más elementos, aplicaciones e innovaciones que favorecen la
inclusión.
Así mismo, existen recursos tecnológicos basados en el
uso de las TIC diseñados específicamente para posibilitar la accesibilidad de
las personas con discapacidad. Nos enfocaremos en estos recursos por su
pertinencia en el tema y por la importancia de difundirlos, y, sobre todo,
dinamizar el uso de la tecnología y lograr que ésta sea una herramienta útil
para mejorar el aprendizaje a través de métodos y técnicas pedagógicas
innovadoras.
Favorece
que el profesor aumente la calidad educativa
Es fundamental diseñar una fórmula adecuada para evitar
improvisaciones en la incorporación de las TIC en la educación. Hay que
centrarse en la formación de los docentes y en el uso pedagógico de las TIC.
Hay que reconocer el papel que las TIC han tenido en los países
latinoamericanos para el desarrollo de contenidos educativos digitales
relevantes, que puedan trabajarse en computadoras de escritorio, portátiles,
tabletas e incluso teléfonos inteligentes.
Acompañadas por una formación profesional docente
adecuada, las TIC son un acelerador de cambio, ya que pueden mejorar el
desempeño de los estudiantes, promover el trabajo colaborativo, fomentar la
accesibilidad y aumentar el desempeño laboral.
En Bélgica, Dinamarca y Noruega se observó una
correlación entre el uso de la computadora y el desempeño académico de los
estudiantes en matemáticas; de hecho, los alumnos que tienden a usar más la
computadora en la clase de matemáticas obtienen mejores resultados que los que
no lo hacen Esta tendencia se da gracias a que la formación de maestros permite
que las TIC hayan permeado el currículo y existan simuladores, clases guiadas y
contenidos que apoyan de forma clara el desempeño del maestro en su clase.
Además, Australia presenta una tendencia favorable en el uso de las TIC en el
aula, pues entre más uso de ellas hacen los estudiantes, mejor es su nivel de lectura
digital.
Procedimientos
para la integración de la tecnología en el aula
Las nuevas Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC) están dando lugar a profundas transformaciones
socioculturales de manera tal que, frente al escenario mundial de concentración
y exclusión, es vital que, tanto ellas cuanto las oportunidades que ellas
crean, puedan ser usadas para achicar la brecha entre los “incluidos” y los
“excluidos” de modo de que todos puedan tener acceso al crecimiento y al
desarrollo sustentables.
La democratización de las TIC requiere por tanto una
atención cuidadosa por parte de los gobiernos y sobre todo de sus áreas educativas.
Aún cuando la gran mayoría de los países están encarando acciones para
integrarlas en la vida escolar, se trata de un proceso complejo especialmente
cuando se cae en la cuenta de la cantidad de incógnitas que rodean este tópico.
En este marco, el Programa de Mejoramiento del Sistema
Educativo (PROMSE) del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la
República Argentina encomendó al Instituto Internacional de Planeamiento de la
Educación, IIPE-UNESCO Sede Regional Buenos Aires, la elaboración de un
documento de referencia para la definición de políticas que propicien la
integración de las TIC en las prácticas escolares. Si bien las acciones del
PROMSE están orientadas al fortalecimiento del nivel medio, se solicitó la
ampliación de la cobertura a la educación básica pues se entiende que el logro
de los objetivos requiere de la acción sobre las condiciones de
desigualdad educativa existentes en el nivel anterior de
escolaridad. Por tanto, a los fines de aportar una serie de recomendaciones que
orienten una política de integración de TIC en el sistema educativo argentino,
este documento presenta un estado de situación de los debates, acciones y
estrategias implementadas en distintos países y regiones del mundo en materia
de política educativa y TIC.
Aun cuando la diversidad de las experiencias es alta, la
tendencia en estos últimos años ha sido una mayor injerencia por parte del
Estado en el diseño e implementación de acciones tendientes a la integración de
las nuevas tecnologías en las instituciones
escolares. En la medida en que se comprende que las TIC
son un requerimiento de la sociedad actual y como tal deben ser un compromiso
prioritario de la política educativa, se destaca el papel proactivo de los
Estados. Esto se expresa en el diseño de programas nacionales y de oficinas
para la puesta en marcha y dirección de estas acciones. Aún así, queda claro
también que para lograrlo con éxito no alcanza con un enfoque sectorial. Entrar
masivamente en estas acciones requiere involucrar al nivel máximo de gobierno
en pos de un objetivo de e-ciudadanía, lo que implica el trabajo convergente de
diferentes áreas de gobierno. Asimismo, el Estado debe resolver la tensión
entre una política nacional de igualdad de oportunidades con la atención
adecuada de todos los ciudadanos de todas las provincias. Otro factor crítico
en estas políticas está dado por la participación del sector privado, que en este
ámbito adquiere características particulares y se presenta en muchos casos
sumamente proactivo en relación con el ámbito educativo. Así, el Estado se
encuentra en la necesidad de presentarse como árbitro de estos procesos
complejos de negociación.
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